Transitando por la Ruta Provincial 31, llegamos a Salto, en el noroeste de la Pcia. de Buenos Aires.
Dormimos rodeados de numerosos camiones que trasladan
básicamente granos de la pujante producción agrícola
de la zona, que junto a un amplio polo industrial
que procesa e industrializa la producción,
genran en esta ciudad el pleno empleo.
Dormimos en una estación de servicio sobre la ruta.
A la mañana tuvimos la compañía de un
gato al que alimentamos con gusto.
El Río SALTO; a atraviesa la ciudad, mediante dos reclusas,
se ha generado un Balneario y Camping Municipal,
para el disfrute de los 40000 habitantes salteños.
Este edificio, hoy reciclado en Centro Culturral,
fué originariamente construido para casino,
pero nunca cumplió esa función.
La decoración del balneario, nos hace pensar
que con LA BUSCAHUELLAS,
llegamos a Brasil o al Caribe.
La estatuta en homenaje a Pancho Sierra,
atrae multitudes que dejan ofrendas
en el muro del Cementerio Municipal.
Mito popular, dice la historia que provocaba
milagros con el agua bendita
que surgía de un aljibe de su estancia.
Sobre el Río SALTO; muy cerca de la ciudad,
se encuentran las ruinas del Molino Queemado.
Las aguas del río, acumuladas mediante
una pequeña represa,
movían las aspas de los molinos que
generaban la harina de trigo.
En 1931, un incendio destruyó las instalaciones.
El Arroyo Saladillo Chico,
confluye con el Río SALTO en este lugar,
Sobre el Saladillo a pocos metros de allí,
se encuentra un pequeños salto de agua
que dió el nombre e la población que levantaron
los españoles a mediados del Siglo XVIII,
para expandir la conquista de las
tierras de los pueblos originarios.
Hermosas fotos
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